Instantáneas tomadas en "les Pentes de la Croix Rousse", Lyon, durante la Fête de Lumières.
Podríamos hablar de tradición, del origen de esta curiosa celebración lyonesa de la Fête de Lumières, o de cómo se adapta la ciudad del Rhône para recibir a miles de visitantes durante estos días.
Ciertamente, ocuparíamos líneas de porcentajes, descripciones detalladas y alguna que otra nota anecdótica y poco vinculada con el mundo del arte y de la fotografía.
Pero nada de ello interesa realmente. Lo que realmente llamó mi atención fue la luz, o más bien, la falta de ella.
Pentes de la Croix Rousse, Lyon 2012. |
De noche, las ciudades se ocultan, se revisten y juegan a engañarnos entre sombras.
De alguna manera, la Fête de Lumières nos muestra la faceta más onírica e inocente de ese curioso proceso, a través de las más avanzadas técnicas lumínicas.
Los edificios se vuelven lienzos donde los artistas prueban nuevas técnicas y las calles se llenan de guirnaldas (llegando a cuestionarse a veces donde acaba la experimentación y comienza la estética).
Como ya he dicho, a veces la técnica (mejor dicho, la mercantilización técnica) se confunde con la estética, y Lyon no iba a ser la excepción. Lo kitsch vende y eso es inevitable, por mucho que nos pese.
Pentes de la Croix Rousse, Lyon, 2012. Observando. |
Dejando de lado los planteamientos elitistas, lo cierto es que la Fête de Lumières tiene un par de cosas muy interesantes. Si uno sabe verlas, claro. Sino, se acaba quedando con la anécdota y la postal del momento, y se pierde la gracia del momento.
Estas 5 imágenes fueron tomadas el pasado 8 de octubre. El escenario, la Croix-Rousse, el barrio bohemio de Lyon.
Pentes de la Croix Rousse, Lyon, 2012. Interacción. |
Se trataba de una instalación de una decena de esferas lumínicas dentro de las cuales se proyectaban sombras chinescas, que iban cambiando al compás de la música.
A una esquina, un canario plastificado en una vieja jaula. Sin más. Puede que no sea el motivo más acertado para fotografiar, pero si hay algo que una aprende en fotografía es que todo depende de la perspectiva con que se mire.
En este caso, una imagen vale más que mil palabras. El juego de luces y su entorno hacían de este pajarillo enjaulado uno de los reclamos principales de los más pequeños, por encima de los farolillos que inundaban la Rue de la République o de las guirnaldas de la Rue Victor Hugo.
Y ya saben lo que dicen, los niños siempre dicen la verdad. ¿Serán también buenos críticos?
Pentes de la Croix Rousse, 2012. Detalle. |
Pentes de la Croix Rousse, Lyon, 2012. Moonlight. |
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